Hoy he podido hacer la comparativa de la 'sopa' que se puede sacar con la Flair 58 y un filtro de alta extracción, el Weber Unibasket, y... una Aeropress
Como dije, me recordaba mucho al café que he tomado tantas y tantas veces cuando empecé mis andaduras en el mundo del café de especialidad con la Aeropress siempre en la mochila. Los detalles son complejos y los iré desarrollando en este post pero mi sensación general es que estaba en lo cierto, se parece mucho, y no debería ser difícil ajustar la receta de Aeropress para que te salga algo parecido a lo que me sale en Flair 58 (que está bastante bueno, por cierto).
Para esta prueba he usado un café de Ruanda que tenía congelado y tostado por La Cabra. De esta forma reduzco posibles problemas por un tueste o proceso que no me guste, conozco el café y más aún al tostador.
Tanto en la imagen de los granos como en todas las que pondré de aquí en adelante
el café de Aeropress estará en el lado izquierdo y el
café hecho con la Flair 58 en el lado derecho. Además, tanto para el café de Aeropress como para el de la Flair he usado el mismo agua, una receta propia muy blanda a 40 ppm que siempre uso con el café de La Cabra y suele sacar resultados espectaculares (para mi gusto, claro está). También he cambiado el agua al pasar de un proceso a otro, usando el mismo hervidor y a la misma temperatura, 96ºC, para ambos procesos.
La receta para la
Aeropress:
In: 16g de café y 60g de agua.
Out: no sé, no lo he medido, no es necesario con la Aeropress. Sacas todo lo que haya.
Filtros: dos la vez, marca Aeropress, con la cara áspera hacia abajo.
Método: tradicional. Hay que procurar tener el émbolo a mano porque es una receta muy rápida.
Tras echar los 16g de café y con el agua a 96ºC, echamos rápidamente el agua en la Aeropress hasta que hayas metido 60g de agua y agitamos, o bien con la pala de plástico que viene con algunos modelos o, simplemente, haciendo círculos con la mano (así lo he hecho yo esta vez), pero de forma agresiva. Si usas la pala, recomendaría hacer dos cruces muy rápido (arriba-abajo-arriba-abajo-derecha-izquierda-derecha-izquierda).
Ya habrán caído algunas gotas, así que ponemos el émbolo rápido, esperamos a que deje de caer el café y apretamos de forma poco agresiva, como la Aeropress suele pedir, hasta que hayamos sacado todo y el émbolo baje al final del todo.
Sobre la receta de la
Flair, simplemente copiaré lo que puse arriba, es la misma.
In: 16g.
Out: 48g.
Filtro: Weber Unibasket con filtro de papel de Cafec en el fondo, con la cara áspera hacia abajo.
→ Preinfusión a prácticamente 0 bares hasta que sature la pastilla y caigan unos 2 gramos en taza, luego bajar palanca hasta los 48 gramos. Tampoco se debería mover el manómetro mientras caen esos 46 gramos. Puedo confirmar que ha sido así.
→ Molienda: intermedio entre espresso y filtro, un poco más fino que en la anterior prueba pero aún sin cambio apreciable en el manómetro. Al final del post se podrá apreciar el grosor en las pastillas de cada aparato.
Los resultados son muy interesantes.
Esta es la
sopa que ha sacado la Aeropress:
Como se puede ver, muy clarita, homogénea, muy similar a un filtro concentrado, que es exactamente lo que se busca con esta receta (y en tantas otras miles desde que la Aeropress existe...

)
Ahora
la sopa que ha sacado la sacado la Flair 58:
Si os parece prácticamente igual pero con algunos aceites más en la capa superficial, tenéis buena vista, es exactamente así. Para hacer mejor aún la comparativa, dado que he tenido que echar los cafés en jarras de distinto tamaño y marca, he echado los cafés en unos vasitos pequeños y lo he dejado ahí durante un tiempo, mientras hacía la cata del resto. Aquí os dejo la comparativa:
En estas últimas imágenes creo que sí se puede ver sin mucho problema que la gran diferencia radica en esos aceites por encima en el café realizado con la Flair 58.
También tengo una imagen comparativa de las pastillas por ambos lados:
Creo que con las imágenes de ambas cosas os podéis, incluso, hacer una idea de cómo ha ido la cata.
→ Sopa de Aeropress: ácida, agresiva, floral pero silenciado por la acidez cítrica de este café. Retrogusto muy pobre. Impresionante poder sacar un tueste claro en tan pocos pasos y que salga tan bien la acidez, todo sea dicho. La Aeropress es una maravilla para iniciarse.
→ Sopa de Flair 58: parecido a la de Aeropress pero introduce algo que redondea al conjunto, que es el alto dulzor de este café. La sopa de Aeropress no tiene prácticamente dulzor pero el de Flair, con esos aceites que ha sacado, complementa perfectamente la acidez con las notas florales, muy claras en este café, y un dulzor espectacular.
Mientras el café de Aeropress estaba 'roto', eran dos instrumentos a su rollo a cada lado del teatro, el de la Flair 58 introduce el dulzor y se parece, un poco más, a un conjunto completo y armónico.
¿El problema? Que el café que se ha sacado de la Aeropress no es, para nada, malo, y si vemos la pastilla... no se ha extraído bien del todo, creo que me lo he 'cargado' mientras echaba el agua, parece que he echado de más en un lado de la pastilla y la he desnivelado, mientras que el de la Flair sí está bien (normal, con tanto práctica con espresso

... ¡y el tamping!).
Ha sido la primera vez que cojo la Aeropress en más de un año, sin exagerar lo más mínimo, podrían ser más de dos perfectamente, estaba al fondo de un armario, y he conseguido sin esfuerzo ni nada más que la memoria de una receta que me gustaba el 75% de la sopa conseguida con una Flair 58... con un papel de calidad inferior (marca Aeropress, que tendrá tres años desde que lo compré, vs. papel de Cafec hecho para Weber y su Unibasket) y con el mismo nivel de molienda, exactamente el mismo para ambos procesos, por lo que hay mucho margen de mejora y personalización de la Aeropress.
En definitiva, me ha gustado mucho hacer esta prueba porque no se me iba de la cabeza el recuerdo de la Aeropress desde que probé la sopa de la Flair 58 y, ahora, tras haber hecho
una única prueba con la Aeropress he podido ver que, efectivamente, se parecía mucho a esta receta que tanto me gustaba.
Volviendo al tema original, a ver, supongo que si la OXO es como la Aeropress pero con una pastilla más compacta... sacará sopas más fácilmente y, sobre todo, será fácilmente replicable. Porque, aparentemente, la gran diferencia entre ambas pastillas ha sido el tampeo. A mí me parece muy fácil la receta que he seguido con la Aeropress y estoy seguro de que si la vuelvo a hacer con otros filtros y teniendo cuidado al echar el agua podré acercarme a lo de la Flair, no sé si superarlo (espero que no, que son muchos cientos de euros de equipo

) pero sí se quedará muy cerca; pero creo que será más fácil sacar este tipo de café repetidas veces sin error en un aparato como el OXO, mientras que con la Aero hay que tener un poco de cuidado. Pero se puede, vaya si se puede.
Lo único que siento es no tener un refractómetro para completar aún más el estudio

pero en boca... se parecen mucho. Por algo será.