Aristóteles sostenía que las mujeres tienen una pieza dental menos que los hombres; pero no había llegado a esa conclusión contando las piezas en una población más o menos significativa, sino por un planteamiento supuestamente lógico-científico.
Esta chorrada se convirtió en dogma porque a nadie se le ocurrió contar y comparar y, solo bien entrada la Edad Media, se salió del error.
Moraleja: no siempre hay que fiarse de lo que se escucha, aunque lo diga un sabio.
Recuerdo que cuando empecé en esto de los foros de café, los de Brasil estaban muy mal vistos por allí.
Unos años después, un conocido talibán italiano de la 3ª ola, preconizaba que su blend era "con tueste claro, sin robusta y sin brasiles", aunque, aun así, le gustaba a su “mamma”. Ahora, uno de los 5 países de origen de sus cafés es Brasil. En las páginas de los más afamados tostadores es raro que no exista algún café brasileño.
El libro Uncommon grounds : the history of coffee and how it transformed our world, de Mark Pendergrast, desgrana durante decenas de páginas las razones político económicas por las que en Brasil primó la cantidad sobre la calidad, con el beneplácito de sus clientes más poderosos, que solo buscaban un precio bajo.
Esto unido al acaparamiento, quema de cosechas enteras, etc., para intentar subir el precio, dio lugar a una mala fama que, muchas décadas después, aún continúa.
Sin embargo Brasil es, junto con Colombia y Costa Rica, la vanguardia actual en investigación y desarrollo de nuevas técnicas agrícolas, replantaciones, sostenibilidad e innovación en procesos, etc. ¿Hay cafés malos en Brasil? Claro, como en todos los países, pero también algunos de los mejores.
Dejo aquí un enlace a una empresa cafetera brasileña que lleva casi medio siglo innovando
http://www.daterracoffee.com.br/?lang=es
Sí, lo que es cierto es que, como en casi todo, lo bueno suele costar más que lo malo, aunque lo malo es siempre más caro.

Entre aconsejar bien y aconsejar mal hay un honrado término medio: no dar consejos